13 Para no perder la fugacidad de la imagen recurrí a la fotografía. La fotografía no era solo un reflejo de la apariencia visual como había sido en el siglo xix, sino que se había vuelto ya una realidad más. Desde entonces creo que el comportamiento de un pintor con la fotografía no se diferencia mucho del que se practica directamente ante el mundo físico. Sobre la fotografía se puede ser a la vez un minucioso reproductor y un intérprete recreador manejando los mismos recursos plásticos. Con estas convicciones he seguido trabajando desde mediados de los años 70 hasta la fecha con solo un pequeño paréntesis de cierta desintegración neoexpresionista en los años 80. Mis imágenes, tomadas al principio sin buscar excesivamente el modelo anecdótico, tal vez se hayan dulcificado algo en los últimos años, más atraído por la composición, pero especialmente por el impacto del color luz. Sobre el color debería referirme a mi actividad docente como catedrático de pintura que he sido en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. El paso de Escuela a Facultad me obligó a impartir una enseñanza no solo de taller, sino algo más intelectual con razonamientos convincentes sobre la naturaleza del color. Manejando algo de física y de fisiología de la
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