Guía de Museos de Salamanca

Uno de los mayores legados de Roma a la provincia fue la denominada "Vía de la Plata", que aún conserva parte de su trazado y numerosos miliarios que lo jalonan. Pero este camino va más allá y extiende sus ramales a otros puntos de la provincia, atravesada por cañadas y veredas, recorridas desde antiguo por rebaños trashumantes. Las sendas de nuestros antepasados son analizadas en Calzada de Valdunciel y Fuenterroble de Salvatierra. No obstante, si hay un periodo que defina la historia y el paisaje de Salamanca es la Edad Media. Numerosos conjuntos históricos de la provincia tienen aún una clara identidad con este pasado. De las villas y aldeas de la Sierra de Francia y Béjar, a las ciudades de Ledesma, Ciudad Rodrigo o Peñaranda de Bracamonte, en todas hallamos una intensa huella medieval. Las voces de campesinos y caballeros aún resuenan en sus castillos y murallas, como se refleja en los centros de interpretación de Ledesma o Montemayor del Río. También es visible la impronta de mudéjares, cristianos y judíos, estos últimos con su bello y sentido museo bejarano. Un mundo de guerra, fortificado. Un paisaje de frontera, como lo fueron las de Al Andalus, Castilla y Portugal, realidades que reflejan las aulas de interpretación de San Felices de los Gallegos y Alba de Tormes. Sin embargo, de entre todas las guerras que ha conocido Salamanca una ha dejado huella indeleble en el territorio: la de Independencia. Los sitios históricos de Los Arapiles y Ciudad Rodrigo fueron sus principales escenarios, junto a la capital. Pero la Historia tiene también relatos menores, cotidianos, que merecen la atención del visitante curioso. El comercio o la escuela rural son objeto de exposición en Morille y Matilla de los Caños del Río. Eventos pequeños, y no por ello menos interesantes. Porque la Historiase construye con reyes y batallas, pero también con labradores y relatos susurrados al amor de la lumbre.

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